Cuando yo nací mi hermana tenia ocho años. este acontecimiento cambio se vida ,de alguna forma le fue arrebatado el disfrute de su niñez y el privilegio de la enseñanza.A cambio le dieron una cuna pera mecer y una niña a quien cuidar.
Quizás cuando apreté por primera vez con mi pequeño puño se dedo lo hice para siempre.Esas manos se han encargado de llevarme por el camino de la existencia.
Han estado siempre ahí en las luces y en las sombras de este gran teatro que es la vida y que no permite ensayos.
Muchos de los momentos vividos están aletargados pero latentes en el recuerdo del alma, a pesar del paso del tiempo como y como el tiempo no espera por nadie ,no he podido dejar pasar esta oportunidad para decirle cuanto la quiero públicamente ,ya que los pensamientos ocultos no hacen justicia a nadie.
Hoy quiero que se pasa lo orgullos que me siento por tenerla como hermana, por que su generosidad es tan grande como su corazón ,un corazón que ha veces sangra debido al pasado, pero me gustaría que dejara de sufrir.
Ahora nos toca aferrarnos al árbol de la esperanza , que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones , con mi puño apretado sobre su dedo ,mirando al futuro donde nos esperan las sueños.
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