domingo, 26 de junio de 2011

LA MAR , EL MAR.

El mar ,la mar, lo llamemos como lo llamemos surge el mismo efecto, un efecto relajante y embriagador que invita a disfrutar de él.Podria pasarme horas mirándolo y disfrutando lo mismo de la calma que de la bravura  que a veces puede tener.En esos momentos puedes estar sola contigo mismo, sola  o acompañada con el rumor de la olas.Ellas pueden traerte vivencia ,pensamientos ,ilusiones o desencanto ,todo depende del estado de ánimo en el que te encuentres en esos momentos tan íntimos y especiales.Quien no ha caído alguna vez en el embrujo que ejerce sobre nosotros? Es imposible dejar de hacerlo.Ejerce el poder de transportarnos  en el tiempo, da lo mismo al pasado o al futuro, igual que una gaviota podemos hacer ese viaje a interior donde los sueños la mayoría de las veces permanecen dormido.Aunque el murmullo de las olas suele despertarlos y volverlo a dormir con el rumor de de estas.Hay veces que cuando me encuentro es ese duermevela ,no me gusta volver a la realidad pues la mayoría de ella suele ser más dura de lo deseado.
Por eso cada vez que puedo me dejo mecer en sus brazo y me absorto  con las nanas cantadas ,que como una madre amorosa dedica a su hijo, en un momento que ella se da cuenta que necesita dormir un sueño reparador.
El mar , la mar , un padre , una madre ,dos deidades fundidas en solo una  en el Olimpo de los dioses.

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