jueves, 9 de junio de 2011

Como en la mil y una noche ,pude sentirme en esta visita  a la Alcazaba Malagueña,fue todo un espectáculo de sensaciones.
Por un lado el marco incomparable de este monumento,por otro la hora de la visita,la noche donde las ensoñaciones hacen retrotraerse en el tiempo mil años, en este escenario puede imaginar y sentir la vida que un día tuvo,se puede escucha el murmullo de sus habitantes,el sonido en la calzada de las pisadas de los guardias haciendo su ronda nocturnas,sentir el olor de la comida espaciadas el embriagador aroma de los naranjos con el azahar embriagando el ambiente.
Los timbales, trompetas, trompas, oboes y tambores, llegan hasta nuestro oídos traídos por el rumor de las olas del Mediterraneo, en una noche clara de luna donde parece oírse a lo lejos las sirenas acompañando con sus voces en un concierto sensorial.
Sientes como las piedras rezuman historias jamas contadas, historias vividas en el mas absoluto anonimato y en intimidad de estos majestuosos muros.
Pensé que podría sentarme en uno de ellos mirando al mar y que facilmente podría pasar otros mil años antes de darme cuenta, solo  centellear de la farola y los millones de puntos encendido podrían anunciarme el hecho de estar en el siglo veintiuno. 

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